Quiénes somos
Nuestra historia
Nuestra misión: Paliar el hambre y dar esperanza a los hambrientos.
Dedicado a alimentar a los hambrientos
El South Plains Food Bank, Inc. es una organización humanitaria dedicada a servir al oeste de Texas proporcionando una mano amiga a aquellos que experimentan inseguridad alimentaria. El South Plains Food Bank, inc. también amplía las oportunidades para los miembros de la comunidad tanto para participar en el servicio, así como para el empleo dentro de un entorno que promueve la interacción de la comunidad y está entusiasmado con ayudar a la conclusión del ciclo de la pobreza.
As a member of the Feeding America and Feeding Texas network of food banks, the South Plains Food Bank is a community-based organization with the resources of a national campaign, currently employing more than 9,000 volunteers per year, with annual volunteer hours totaling over 40,000, and an outreach that extends through 19 counties in West Texas. South Plains Food Bank is appreciative to the many volunteers who help make our mission statement a reality.
Comprometidos con la compasión
Hitos notables
Over the span of four decades, the South Plains Food Bank has remained steadfast in our commitment to the South Plains, embracing our noble mission of Giving Hope, Enriching Lives, and Fighting Hunger. The South Plains Food Bank has become a beacon of compassion, illuminating the path towards a brighter future for countless individuals and families.
En nuestro incansable empeño por combatir el hambre, el South Plains Food Bank ha logrado hitos notables. Después de haber servido más de 100 millones de comidas nutritivas, hemos sido un salvavidas para aquellos que luchan contra la inseguridad alimentaria, ofreciendo sustento y consuelo en tiempos de adversidad. El impacto de nuestros esfuerzos va más allá de las meras cifras, ya que cada comida encarna un profundo gesto de empatía y apoyo, infundiendo esperanza en las vidas de aquellos a quienes servimos.
Entre bastidores, el South Plains Food Bank aprovecha el increíble poder del compromiso de la comunidad. Nuestros voluntarios, con corazones rebosantes de compasión, han contribuido desinteresadamente con cientos de miles de horas, dedicando su tiempo y energía a la causa. Su compromiso ha fortalecido los cimientos del South Plains Food Bank, permitiéndonos alcanzar mayores alturas y tocar las vidas de aún más personas necesitadas.
Nuestros comienzos
1983 - Inauguración del SPFB por Lou y Ray Diekemper
El South Plains Food Bank surgió de una poderosa visión acariciada por Ray y Lou: el sueño de crear un futuro en el que el hambre ya no acechara a las Llanuras del Sur. En 1983, con una determinación sin límites, transformaron su sueño en realidad estableciendo el South Plains Food Bank y consiguiendo su sede en la bulliciosa Locust Avenue de Lubbock, Texas. Para dirigir esta noble empresa, nombraron sabiamente a Carolyn Lanier como primera directora ejecutiva, reconociendo sus excepcionales capacidades y su pasión por combatir el hambre.
Unidos por un propósito común, Ray, Lou, Carolyn y su entregado equipo se embarcaron en una misión compasiva para recoger y distribuir alimentos enlatados, lo que tuvo un impacto inmediato en su propia comunidad. Reconocieron que la lucha contra el hambre tenía que empezar en casa, y el South Plains Food Bank se convirtió en un catalizador del cambio, proporcionando sustento y esperanza a quienes se enfrentan a la inseguridad alimentaria.
Ray, un líder visionario con un corazón lleno de compasión, destacaba a menudo la profunda importancia de la filantropía impulsada por la comunidad. Sus eternas palabras, "La filantropía empieza en tu propia comunidad", resonaban en los corazones de todos los que se unían a la causa. Esta poderosa afirmación subrayaba la creencia de que cada persona tiene la capacidad de marcar la diferencia canalizando su generosidad y sus esfuerzos hacia la mejora de su entorno inmediato. Se convirtió en un grito de guerra para individuos y organizaciones por igual, inspirándoles a reconocer y abordar las necesidades acuciantes de sus propias comunidades.
Diciembre de 1983 - Skip Watson inicia U Can Share
En diciembre de 1983, Skip Watson, una figura notable como director de noticias de KCBD News Channel 11, se encontró en el centro de un momento crucial cuando Carolyn Lanier se puso en contacto con él con una petición urgente de ayuda. Carolyn, impulsada por su firme compromiso con el South Plains Food Bank (SPFB), buscaba una solución para reforzar sus esfuerzos por adquirir más alimentos para combatir el hambre en la comunidad. Consciente de la gravedad de la situación, la ingeniosa mente de Skip se puso manos a la obra y nació su idea, U Can Share, una iniciativa innovadora que dejaría una huella indeleble en la vida de miles de personas.
1994 - El Dr. George Elle y el Distrito Rotario 5730 financian Apple Orchard
El huerto de 15 acres contiene más de 2.500 árboles enanos, que producen ocho variedades diferentes de manzanas. Las primeras manzanas se cosecharon en 1997, y se distribuyeron unas 25.000 libras frescas a los necesitados. El Southwest Lubbock Rotary Club construyó un granero en el huerto en 1999 y en 2000 se instaló una nevera. Anualmente, el huerto produce una importante cosecha de manzanas frescas que se distribuyen a los clientes del Banco de Alimentos y a través de otros bancos de alimentos de la región del oeste de Texas.
Crecimiento y legado
1993 - David Weaver se convierte en Director de Desarrollo
1997 - David Weaver es nombrado Consejero Delegado
2000 - SPFB inaugura la Granja Juvenil Carolyn Lanier
En el año 2000, una iniciativa transformadora echó raíces en Lubbock, en las Llanuras del Sur, bajo el liderazgo visionario del Director General David Weaver y el Banco de Alimentos de las Llanuras del Sur. Juntos, sentaron las bases de la Granja Juvenil Carolyn Lanier, un santuario de esperanza y capacitación para los jóvenes que se enfrentan al desalentador ciclo de la pobreza. Este noble empeño fue posible no sólo gracias a la inquebrantable dedicación de los estimados miembros de la junta y de otras innumerables personas que unieron sus manos para convertir este sueño en realidad.
Durante casi un cuarto de siglo, el Programa de Liderazgo Juvenil del South Plains Food Bank ha ofrecido un camino hacia un futuro mejor para los jóvenes de la zona de Lubbock. A través de un enfoque holístico que va más allá de simplemente proporcionar sustento, este programa ha sido un catalizador para el cambio en las vidas de estos adolescentes, inculcando habilidades vitales para la vida y el trabajo que les permiten liberarse de los grilletes de la inseguridad alimentaria.
Enclavada en los exuberantes confines de la Granja Juvenil Carolyn Lanier, esta extraordinaria iniciativa ofrece mucho más que un refugio seguro: es un espacio enriquecedor donde se cultivan los corazones y las mentes jóvenes, se encienden los sueños y se da vida a las aspiraciones. Los dedicados mentores y consejeros trabajan incansablemente para forjar fuertes conexiones con los jóvenes, creando un entorno de apoyo e inspiración que fomenta el crecimiento personal, la confianza en uno mismo y la resiliencia.
2020 - Dina Jeffries nombrada Directora General
Tras el mandato de Weaver, confió la responsabilidad a las capaces manos de Dina Jeffries. Con más de 30 años de experiencia en organizaciones sin ánimo de lucro, Jeffries asumió el cargo de Directora General durante la pandemia de 2020. Traía consigo una gran experiencia en el sector de las organizaciones sin ánimo de lucro, y es licenciada por la Kellogg School of Executive Non-Profit Management and Leadership. Ha llevado al South Plains Food Bank a través de una pandemia mundial y ha implementado una variedad de programas que han hecho que los alimentos sean más accesibles para nuestros vecinos que sufren de inseguridad alimentaria.
Alimentar el futuro
Reflexión y resolución
Al reflexionar sobre nuestra ilustre historia, nuestra determinación no hace sino fortalecerse, alimentando un renovado compromiso de servir a la región del oeste de Texas durante otras cuatro décadas y más allá. Nuestra inquebrantable dedicación a la comunidad a la que llamamos hogar sigue siendo firme, garantizando que nadie se enfrente solo a los desalentadores retos del hambre.
Dar esperanza. Enriquecer vidas. Combatir el hambre.
De cara al futuro, afrontamos el futuro con determinación, guiados por las lecciones aprendidas y las innumerables vidas que hemos tocado. Nuestro espíritu inquebrantable promete seguir impulsando la innovación, la resistencia y la compasión en la lucha contra el hambre. Somos un símbolo de esperanza y unidad que inspira a la comunidad a unirse y crear un cambio duradero.